Incidentes Asociados
Esta semana circuló en línea una afirmación sobre la captura de dos coroneles del Ejército británico por fuerzas especiales rusas en Ucrania, lo que atrajo la atención en redes sociales y plataformas alternativas.
La noticia, que carece de verificación independiente, parece provenir de fuentes afines a Rusia e incluye imágenes inventadas e identidades ficticias.
No hay pruebas de que tal incidente haya ocurrido.
El informe inicial fue publicado el 4 de agosto por EADaily, un medio ruso que se hace eco regularmente de las versiones oficiales del Kremlin. Afirmaba que los "Coroneles Edward Blake y Richard Carroll" fueron detenidos por fuerzas especiales rusas durante una misión encubierta en Ucrania. El artículo alegaba que ambos oficiales fueron clasificados como "combatientes ilegales" y sugería que el Reino Unido había intentado encubrir su presencia, primero afirmando que se encontraban en Londres y luego afirmando que visitaban campos de batalla de la Segunda Guerra Mundial.
El artículo citaba el sitio web noruego Steigan.no, con un largo historial de publicación de contenido antioccidental y conspirativo. Según el artículo de EADaily, las autoridades rusas proporcionaron "pruebas forenses" que acreditaban la identidad y presencia de los agentes, aunque dichas pruebas no se han hecho públicas. El artículo también incluía una fotografía que supuestamente mostraba a los dos agentes uniformados; puede verla a continuación.
Esa imagen es manifiestamente falsa. Está inequívocamente generada por IA, y existen múltiples indicadores claros que confirman su inautenticidad. El más evidente es el texto de los pasaportes, que parece convincente a distancia, pero se desmorona al examinarlo. Aunque las cubiertas imitan el estilo de los pasaportes británicos en color y diseño, la escritura es incoherente y carece de legibilidad o coherencia. Este es un fallo común en las imágenes generadas por IA. Los sistemas pueden reproducir la impresión visual de los documentos, pero tienen dificultades constantes para generar texto real. El portapapeles frente a los dos hombres presenta un problema similar, con marcas sin sentido dispuestas como columnas de datos, pero sin contenido legible ni estructurado.
Los uniformes de los hombres arrodillados también revelan que la imagen es falsa. Si bien el camuflaje se asemeja superficialmente a los patrones del Ejército Británico, los detalles son erróneos. No hay insignias de rango ni identificadores de unidad, y la forma del cuello y la ubicación de los botones no concuerdan con el equipo real. Los cinturones y las correas parecen más decorativos que funcionales, y los cables de radio están colocados de forma extraña, de maneras que resultarían poco prácticas en un entorno real. La indumentaria militar sigue patrones y estándares estrictos, especialmente en entornos operativos, y estas desviaciones sugieren que los uniformes se generaron a partir de aproximaciones visuales en lugar de referencias reales.
La iluminación es excesivamente uniforme, creando una apariencia plana que carece de la profundidad y la variabilidad que se encuentran en las fotografías reales. Los soldados enmascarados del fondo son demasiado similares en postura y estructura facial, lo que sugiere que se generaron utilizando el mismo modelo base con solo ligeras modificaciones. Sus armas están orientadas de forma incorrecta, genéricas y distorsionadas al observarlas de cerca, careciendo de las características específicas de las armas pequeñas reales. Si bien la imagen puede parecer convincente a simple vista, un análisis más detallado del texto, los detalles de la vestimenta, las variaciones faciales y la coherencia lógica revela rápidamente que se trata de una creación artificial.
Existen inconsistencias visuales en las manos, los rostros y el fondo. Estas anomalías son consistentes con artefactos producidos por herramientas de generación de imágenes de IA. Además, sus nombres no aparecen en ningún registro público, lista de honores ni directorio militar del Ministerio de Defensa.
Ningún medio de comunicación occidental, ucraniano o internacional de prestigio ha publicado nada parecido a esta historia. No ha habido ningún anuncio del Ministerio de Defensa del Reino Unido, ninguna indicación de la OTAN ni ninguna alerta de organismos internacionales como la Cruz Roja. Este tipo de señales suelen acompañar la detención de militares de alto rango. En este caso, no se observa ninguna.
El gobierno del Reino Unido ha declarado reiteradamente que no tiene tropas de combate operando en Ucrania. Su apoyo se ha centrado en la ayuda militar, la logística y el entrenamiento, principalmente fuera del territorio ucraniano.
Los nombres "Edward Blake" y "Richard Carroll" también plantean interrogantes. Ninguno de ellos aparece en los registros militares británicos disponibles. No hay rastro de ellos en nombramientos recientes de las Fuerzas Armadas, registros públicos ni comunicados de prensa militares. En resumen, no hay pruebas de la existencia de estos individuos, y mucho menos de su captura.
Amplificación y redes sociales
A pesar de la falta de pruebas, la historia se difundió rápidamente en canales de Telegram, foros de conspiración y sitios web marginales más pequeños. El 4 de agosto, George Galloway, exdiputado y actual líder del Partido de los Trabajadores de Gran Bretaña, publicó en X (anteriormente Twitter):
"Rusia captura a dos coroneles británicos y a un espía del MI6 en Ucrania. Solo eran observadores de trenes en el campo de batalla, dice el Reino Unido. ¡No a Viena!"
El mensaje reflejaba fielmente el tono y la estructura de los informes rusos. Galloway no presentó fuentes adicionales ni afirmó tener conocimiento independiente de los hechos. Su comentario, compartido con más de un millón de seguidores, impulsó aún más la historia en el debate británico en línea.
No es la primera vez que una afirmación marginal sale a la luz pública a través de comentarios cuidadosamente redactados en lugar de un respaldo directo. Este método a menudo permite que una narrativa se difunda sin plena responsabilidad por su veracidad. La redacción deja espacio para la ambigüedad, a la vez que refuerza la implicación central del engaño por parte de los gobiernos occidentales.
Un patrón ya visto
Esta historia se ajusta a un patrón familiar observado en las campañas de desinformación rusas. Una afirmación sensacionalista se propaga en los medios estatales rusos, se repite en medios ideológicamente alineados o conspirativos, y luego se repite en círculos políticos o sociales occidentales. Los elementos clave: fuentes anónimas, imágenes sintéticas, identidades no verificables y análisis forenses no verificables parecen diseñados no para resistir el escrutinio, sino para sembrar la duda y provocar la reacción.
"Ya hemos visto esta táctica antes: crear una narrativa falsa, respaldarla con una imagen sintética y esperar a que alguien con una plataforma la repita. No importa que sea falsa. El objetivo es sembrar la duda y que la gente se haga las preguntas equivocadas." -- Analista de una empresa privada de OSINT, hablando bajo condición de anonimato.
Los mismos métodos se emplearon durante el asedio de Mariupol en 2022, cuando informes falsos afirmaron que generales de la OTAN habían sido capturados dentro de la planta de Azovstal. Esos informes nunca se corroboraron, y los nombres de las personas nunca se mostraron ni se verificaron.
Lo que hace notable este episodio es la rapidez con la que cobró fuerza y la facilidad con la que una narrativa inventada se repitió en el discurso político occidental sin corroboración. A pesar de la creciente conciencia pública sobre las imágenes generadas por IA y las noticias falsas, las herramientas utilizadas para crear estas historias están mejorando y su atractivo emocional sigue siendo potente.
Al momento de escribir este artículo, no hay evidencia de que ningún coronel del ejército británico haya sido capturado en Ucrania. No hay constancia de la existencia de los coroneles Blake o Carroll. No existe ninguna fotografía creíble, ninguna queja formal, ningún comunicado de prensa, ninguna intervención de la Cruz Roja, ninguna notificación del CICR a prisioneros de guerra ni ninguna confirmación aliada. El gobierno del Reino Unido no ha emitido declaraciones contradictorias, como afirmaba el informe ruso.
Todo lo que existe se remonta a un solo artículo en una publicación alineada con Rusia, recogido por un puñado de medios ideológicamente alineados y circulado con la ayuda de una imagen inventada. Posteriormente, un exdiputado británico lo mencionó en redes sociales sin fundamento.
Los hechos, comprobados de forma independiente, no respaldan la historia en ningún aspecto.
Por qué importa
Estas afirmaciones se refieren a la confianza, el control de la narrativa y las formas en que los actores extranjeros ponen a prueba la resiliencia de los entornos de información abierta. Cuando la desinformación puede circular libremente desde las fuentes del Kremlin hacia los comentarios políticos occidentales, el resultado no siempre es la creencia, sino la confusión, la sospecha y el cansancio. Con el tiempo, esa erosión de la claridad persigue objetivos estratégicos: debilitar la determinación, enturbiar las alianzas y desestabilizar el debate democrático. Esta historia se creó con ese propósito. Nunca se confirmó, porque nunca se pretendió que lo fuera. Su éxito radica en lo lejos que llegó antes de ser cuestionada... y en cuántos la seguirán repitiendo incluso después de que se haya demostrado su falsedad.
Esta historia muestra cómo la desinformación y el cebo de interacción a menudo se solapan en línea. La desinformación es contenido deliberadamente falso o engañoso, generalmente difundido para promover objetivos políticos, estratégicos o ideológicos. El cebo de interacción se refiere a material diseñado para provocar fuertes reacciones emocionales, como ira o conmoción, con el fin de impulsar clics, compartidos o comentarios. Ambos a menudo se refuerzan mutuamente. Una historia falsa no necesita ser creíble para difundirse ampliamente si es lo suficientemente provocativa como para generar debate o indignación. Cuando dicho contenido es repetido o mencionado por figuras públicas, puede cobrar impulso incluso sin pruebas. Por esta razón, no enlazamos al artículo original.
Hacerlo solo aumentaría su visibilidad y difusión, a pesar de la falta de una base creíble para las afirmaciones.